Depedro 34 Aniversario
2024/10/27 18:00
Event s cartel depedro

Depedro 34 Aniversario

Antolatzailea: EL GRAN CAFE

El Gran Café. C/Cervantes nº9 Mapa ikusi El Gran Café. C/Cervantes nº9 2024/10/27 18:00

Aukeratu zure sarrerakZure sarrerak erosi

Entrada General

26,02 €
Agortuta
Guztira:
0,00 €
Gestio gastuak:
0,00 €
Guztira:
0,00 €

Gertaeraren xehetasuna

El Gran Café celebra sus 34 años de vida con uno de sus artistas preferidos, Jairo Zabala (Depedro)

Será el Domingo 27 de Octubre a las 19:00h con la apertura de puertas a las 18h.

Entrada anticipada 25€ +gg en Taquilla 28€

Ya a la venta en Entradium.com


“Un lugar perfecto” (DEPEDRO, 2023)

Coyoacán, Ciudad de México (otrora el DFctuoso)

Por Luis Alberto González Arenas.


Este es un viaje por una carretera secundaria, un camino que evidencia nuestro tránsito entre la

ansiedad y la esperanza. El festejo, la emoción y la decepción, que hacen de la vida un sendero tan

confuso como poético. Jairo Zavala nos muestra lo que somos. Cabezas poco claras, pero con la

capacidad de amar y recordar, porque la vida se queda en donde sentimos, no en donde pensamos, y

es allí, en lo que nos hace humanos, donde está “Un lugar perfecto”.

En este nuevo disco de estudio, Depedro teje una geografía folclórica y emocional de la memoria

donde habita el tiempo de lo sencillo, porque es allí donde está la esencia de las cosas, donde se abre

el verdadero sentido de la vida, la pulsión de decir mucho con poco.

Todo empieza con la potencia de la canción homónima del álbum. Un tema que advierte los valles

sonoros por lo que hemos de viajar. La escucha y el territorio. Se trata de un fantástico desert blues

que cabalga junto a las espuelas de la música popular brasilera y el bombo legüero argentino, lo que

demarca la mano mulata y de finas métricas del genio productor del disco, Gustavo Guerrero, el

diablo de las maderas ardientes. Un tema que sabe bien que para llegar a donde apuntamos, no

podemos olvidar de donde venimos y quién nos ha acompañado en el trayecto.

Vamos haciendo del oído una cartografía y entre el altiplano y el puno encontramos “La Gloria”, una

canción extraordinaria de cómo la trascendencia no está en otro lado que no sea el heroísmo de la

vida diaria, en atreverse a vivirla con dignidad, humildad y belleza. Lo que tanto se extravió con el

antropocentrismo occidental. Jairo lo dice muy bien: “El orgullo modifica las ideas, es disfraz del

inseguro y es el antifaz de la soberbia”. Para ello se necesita de locos que defiendan la memoria,

aunque sea un reto, porque representa la posibilidad que camina en suelo quebradizo, un frágil

diente de león que sin embargo sostendrá nuestras caídas y alejará al mundo del olvido. El futuro es

hoy. Zavala lo sabe y avienta una filosofía de vida con el arte de lo concreto: “Es la gloria: la memoria

y el instante: lo importante”.

El corazón se va escurriendo por la ventana y en el campo encuentra “La siembra”, una fina bachatita

pa’ bailar con arreglos increíbles de cuerdas que evocan una tarde de mariachi en alguna plaza

popular del DFctuoso, y que como las otras, lleva un mensaje preciso. No tenemos que invocar a

ninguna magia o a ningún mesías si sembramos conciencia, amor y respeto. Ser nuestros propios

mesías. “Vemos unas huellas, nuestro paso, hoy las ordena”, dice Depedro, porque sembrando

memoria, cosecharemos el presente del futuro.

Entre las mesetas elevadas tomamos un respiro a través de una delicada marcha de batería y un bajo

muy preciso que aterrizan en el tema, “Habilidad,” en el que Zavala clama por el error como la

manera más plena de aprender que la responsabilidad no es una obligación sino un derecho. Otra es

“Coreografía”, un absoluto guiño a su banda inicial, Vacazul, pero como si esta se hubiese enamorado


de Madagascar y su valiha (instrumento nacido en esa isla africana); la rola habla de que la vida es

perderse continuamente para volvernos a encontrar.

El mapa audible nos lanza al momento groove del disco, “Ojalá el amor nos salve”, un colorido

vórtice que ofrece buenas razones por las cuales exigir más amor y menos egoísmo entre la absurdez

de nuestra especie. Un salto al vacío funky para tratar de caer de pie en una dimensión más noble,

sin violencia, prejuicios o culpas.

Por supuesto, Depedro, saca sus ancestros latinoamericanos sumados a la valiha malgache para

hablar del “Niño de piel de cuero”, que “todas las fronteras las borra con su aliento”. Ese niño bien

pudiera representar a esos pueblos de América y África que tanto han luchado por despertar, pues les

han quitado todo, hasta el miedo.

Entre las ondas punzantes llegamos a la “Fábula de la diferencia”. Tan visual y evocativa. Canción

con la que uno podría imaginar a Gardel musicalizando un filme de cine noir. En ella Zavala desnuda

la voz, se le percibe vulnerable, más humano. El tema hace honor a su nombre porque “la diferencia”

también está en sus distintas atmósferas, eso la vuelve extraordinariamente teatral. El tema mismo

tiene cuerpo y actúa. La letra me recuerda a lo que una vez, una mujer indígena maya, le pidió al

mundo: “Ayúdenos a entender que somos iguales porque somos diferentes”, o bien lo que Ortega y

Gasset nos advirtió: “En vez de disputar, integremos nuestras visiones en generosa colaboración

espiritual”.

En el recorrido entramos en un tema muy bello, “Lo que va pasando”, que bien podría referir a esos

compañeros de vida con quienes hemos librado tantas batallas, recorriendo nuestros dolores y

alegrías. Zavala apunta: “Hablando la lengua que aprendimos de la marea, para entendernos, aunque

no quede verbo que explique lo que nos espera”; y es que muchas veces el amor es la mezcla de dos

olvidos en beneficio de una realidad compartida. La esperanza viene cuando lejos de la soberbia,

tejemos un sentido (en) común.

Y luego la “Niebla” se suspende. La parte de la memoria que nos miente y nos traiciona,

desvaneciéndose en retazos insondables, ¿recordaremos cuando empezamos a olvidar? Ante el

eminente paso del tiempo, es el amor el único capaz de recordar quienes somos.

En este séptimo disco de estudio, Depedro, deja claro que la esperanza se trabaja y se ejerce, que el

amor no existe sin desdicha, sin el sacrificio de hacer a un lado el yo para dejarle ser al otro, porque

después de todo, negarse al amor destruye el pensamiento.

“Un lugar perfecto”, simboliza los caminos secundarios donde conviven la diferencia y el cotidiano, el

principio del nosotros que clama por volver a ser peregrinos de la vida y no turistas de la

indiferencia. Zavala sabe que en la vida nada es una pérdida de tiempo si la sabes encausar. Invita

también a religarnos como una sucesión de montañas que se van abrazando entre sí para hallar lo

más humano dentro del humano. Un límite en el infinito para no perdernos, como nos lo revelan las

coordenadas del propio artista que no podría mirarse al espejo sin el diálogo entre su querida sierra

madrileña y los andes. La ausencia y el recuentro. La frontera y la utopía. Paredes que lejos de ser

muros, son la posibilidad de revolcarse con la libertad.

Sarbide politika

Kasu honetan antolatzaileak ez du zehaztu adingabekoen politikarik sarreran, zalantzarik izan ezkero zuzenean antolatzailearekin harremanetan jartzea gomendatzen dizugu.

Bideoa

Nosotros y nuestros socios utilizamos cookies propias y de terceros con la finalidad de ofrecerte el servicio de manera correcta, medir las visitas que se realizan a nuestra web y, en casos concretos, mostrarte publicidad y permitirte compartir contenidos en redes sociales. Puedes obtener más información sobre las cookies, consultando nuestra Política de Cookies.