“Justo cuando había perdido toda esperanza, llega hasta mis manos navegando

por el río de la música algo como esto. Parece que sigue habiendo futuro, solo

hacen falta tres acordes y una mente joven y fértil. Si este disco no es un éxito,

¡me como mi sombrero!”. (Deke Dickerson)

En los últimos siete años, Theo Lawrence ha sido uno de los grandes continuadores

del groove americano en territorio francés, con sus aventuras por el rock pantanoso y

el soul de ojos azules. Lawrence, joven músico, cantante y compositor independiente

franco-canadiense, entierra sus raíces de las canciones country de los 50 y los 60,

tomando prestados elementos del soul, el pop y el rock n’ roll de la misma época.

Tras un primer EP que le puso en boca de toda la comunidad musical francesa, en su

debut en largo, ‘Homemade Lemonade’ (2018), exploró los matices del soul y góspel

acompañado por la banda The Hearts.

Para su siguiente lanzamiento, decide cambiar de músicos de acompañamiento, y se

arropa por The Possums, la banda de Burdeos, una elección perfecta para un disco de

country-blues lleno de swing, hecho con un profundo amor por la tradición pero

manteniendo el pulso de los tiempos modernos. En ‘Sauce Piquante’ (2019),

producido en el corazón de Georgia por el mismísimo Mark Neill (artífice del ‘Brothers’

de los Black Keys) utiliza muchos condimentos de New Orleans y su efervescente

cruce de culturas; también rock n’ roll clásico del que nació en la órbita de Sun

Records en Memphis, el compás trotón del rockabilly country de Johnny Cash y sus

secuaces, pinceladas vaqueras de outlaws pioneros del country & western como

Marty Robbins o Micky Newbury, la larga sombra fronteriza de Doug Sahm y sus

bailoteos tex-mex, y muchos ecos de las arremetidas del ‘bayou’ de la Creedence.

Lawrence acababa así de abrazar los sonidos mestizos del sur norteamericano, algo

que decide seguir explorando, con carácter ‘vintage’, con su viaje e inmersión en el

corazón de la escena de Austin, Texas, donde viaja durante tres meses con sus

compinches franceses, grabando en el estudio de Bill Horton, bajista de la banda de

Jimmy Vaughan. Allí nace ‘Chèrie’ (2022), un disco salpicado de elegante shuffle

country del cancionero de Nashville, de pinceladas de sonido Nashville, con especial

hincapié en las dinámicas rítmicas de Merle Haggard y Buck Owens desde

Bakersfield, pero también los juegos melódicos de Charlie Rich y Ray Price, pases de

baile texano y toda la gama de sonidos del country añejo de los años 60 y 70, que le

han valido el sobrenombre de “The Country Crooner”, e invitaciones para abrir los

conciertos de parte de gente como Alisson Krauss y Robert Plant. Y es que ya lo decía

el bueno de Deke, este tipo va para estrella.